EL VENDEDOR DE HUMOS CAPITULO 4 (Jordi Izquierdo)

sábado, 21 de enero de 2012

Ding, dong….


No habíamos probado nada de la cena, tal como entró por la puerta, Laura me pidió que le hiciera el amor, con lo que pasamos directamente al postre.


Ding, dong, ding, dong


Al terminar se marcho diciéndome que necesitaba tiempo, que necesitaba descansar de lo nuestro, con lo que el anillo se quedó dentro de su cajita.


Ding, dong, ding, dong, ding, dong.


¿Quien coño estaría con el dedo enganchado al timbre de casa? Con lo que me levanto de muy mala gana, dejando mi soledad y mis pensamientos sobre el colchón de mi cama. Abro la puerta, y ahí está, un hombre bajito, con bigotito, que me recuerda a un jefe de estado que tuvo nuestro gran país. Me mira de arriba abajo y es entonces que caigo en la cuenta, que estoy como mi madre me trajo al mundo, cuando veo su cara de perplejidad.

-Señor Miró, me debe tres meses de alquiler, debo pedirle que el lunes abandone el apartamento, si no hace efectivo el importe adeudado.
-Peroooo…. Musito
- No hay peros, haga efectivo el abono –me replica el señor Lorente- o de lo contrario, el lunes lo quiero fuera. Se da media vuelta y desaparece de mi vista.

Pienso que vaya semanita que llevo, realmente, ¿me puede ir peor?

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