Mª Rosa ( Sara Fernández )

viernes, 8 de marzo de 2013



Mª Rosa
Me cansé de esperar, me cansé de llevar una vida de princesa como decían todos los que me conocían, pero a mis espaldas. Cómo se equivocaban. No conocían la verdadera historia, la historia de una vida marcada por la puesta en escena como si de una obra de teatro se tratara. Estoy agotada de ser la acompañante de un General, de ser una madre postiza, de ser dueña de una vida de mentiras. Ahora me miro al espejo y ya ni me reconozco, soy la viva imagen de alguien cansado, agotado, de ser alguien que realmente no es, que se muestra con sonrisas prefabricadas en lugares que ni siquiera le interesan. Mi marido no me respeta, no me ama, no me demuestra su amor. Todo se ha perdido entre nosotros. Por eso me marcho, porque no quiero sufrir más, no quiero más hipocresía, más vida de fantasías que ni tu te la crees ni yo me la creo, querido Mariano, me he cansado de todo esto, ha sido tan maravilloso, mientras hubo amor que no quiero seguir estropeando algo que ya no existe. Lo siento, pero me voy, por favor no me busques.
Y así dejé mis últimos pensamientos a quien había compartido conmigo 3 años de noviazgo y 8 de matrimonio, y me embarqué hacia la aventura de mi aventura con un Marine de la flota Norteamericana que conocí en uno de los eventos a los que solía ir con mi marido, aunque cuando conocí a Teodoro iba sola.
Me dispongo, andando entre las vías, como el que huye de los combatientes enemigos de una Guerra, a subirme al vagón de la ilusión, al vagón de la esperanza, de los sueños, de la aventura. Nunca había estado tan nerviosa. Ahora, y mientras me disponía a poner un pie para subir al vagón que me deportaría hacia otra vida, me detuve y agarrando con fuerza mis dos maletas, comprendí que ahora, y sólo ahora, después de 11 años, volvía a tener confianza en mis posibilidades, en mi misma, era yo después de tantísimos años. Nadie más decidiría por mi, ni que vestirme, ni que dieta seguir, ni como comportarme... Aquella mujer anulada, estaba volviendo a ser la que era, ella misma.
Ahora, después de esta breve reflexión, ya estoy preparada para comenzar el viaje. Ya no tengo miedo a nada ni a nadie, no necesito protección, ni mayordomos.
Soy una mujer que me merezco vivir de nuevo, pero ahora mi propia vida, la que yo quiera vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gràcies pel teu comentari, la teva opinió ens interessa
Gracias por tu comentario, tu opinión nos interesa

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...